Me gustan los aforismos, estas sentencias que pretenden reducir en pocas palabras conceptos difíciles de expresar. Tengo especial predilección por los aforismos que hacen referencia a la felicidad. ¿Como conseguir destilar en una frase todos los sentimientos y sensaciones que forman parte de aquello que decimos ‘felicidad’?

Si buscáis en internet, podéis leer una buena compilación de aforismos sobre la felicidad… Pero desde hace semanas me ronda por la cabeza un que yo considero que es muy bueno. Es una frase de Joan Brossa que aparece en su libro La clau a la boca, 1996. Dice “Per ser feliç, mortal, camina sempre i oblida”

“Para ser feliz, mortal, camina siempre y olvida”

Qué pensamiento más sencillo y a la vez tan profundo y práctico, con este toque de sabiduría entre “zen” y enfadado, propio de Joan Brossa.

“Para ser feliz, mortal…” Aquí pone toda su carga de ironía hurgando en la impermanencia de todo, como si nos estuviera diciendo ‘no te hagas muchas ilusiones…, que al final todos tenemos que morir’.

“Camina siempre…” Muévete, sal adelante, siempre, no pares de caminar, ve, marcha de lo conocido hacia lo desconocido, porque sólo esto nos hace crecer e impide el inmovilismo y la parálisis.

“… y olvida”. Que claro que tiene Joan Brossa que una de las cosas que hace más infelices a los seres humanos es la tendencia de la mente a quedarse anclado en la pérdida, a mantener el llanto por aquello que ya no tenemos, el sufrimiento por aquello que hemos perdido y que nos impide disfrutar del presente.

Yo, estas últimas semanas estoy inmerso en la mudanza forzosa del despacho de la calle Valencia. Por eso el blog ha quedado un poco de lado ante la vorágine que supone este tipo de cambios. Estoy dejando cosas que me vinculan al pasado, perdiendo un espacio cómodo al cual ya me había hecho… Así que, estos días me voy diciendo a mí mismo: “…camina siempre y olvida”, y me siento confortado, ¿quizás un poco feliz?.